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  • Foto del escritorAdrian Ponce

Tokenización: La punta del iceberg de una verdadera revolución silenciosa.


¿Te gustaría ser copropietario de un auto de formula uno?, ¿de una lujosa mansión en la Riviera Francesa? ; ¿qué te parecería compartir la propiedad de un costoso diamante?, ¿o quizás de tu equipo favorito?, bueno, la tokenización puede hacerlo posible.

Para explicar mejor la idea veamos el mundo actual, en él la propiedad de cada activo se centra en la identidad. Por ejemplo: tu casa, tu automóvil y bienes en general están vinculados a tu nombre y son 100% tuyos, en el caso de que ya estén completamente pagados. Pero pongámonos en el caso de que quisieras dividir la propiedad, tendrías que elaborar complejos contratos legales.

Bajo este mismo contexto: ¿qué sucedería si estos activos pudieran desvincularse de tu identidad y fraccionar su propiedad?. La tokenización centra la propiedad del activo en tokens que se generan en representación del mismo. En otras palabras, si tú posees todas las fichas digitales que representan ese activo, entonces tienes la propiedad completa del mismo, en cambio si solo adquieres algunos alcanzarás a tener solo parte de ese bien.

Hagamos un ejercicio. Supongamos que tu casa tiene un valor de US$ 100.000 y necesitas una liquidez de 20.000 dólares. Si ese inmueble estuviera tokenizado en 100 tokens, de los cuales cada uno tiene un valor de US$ 1.000, podrías vender 20 tokens para obtener los 20.000 que necesitas, sin necesidad de vender la totalidad de ese inmueble. En otras palabras, cuando un activo se tokeniza se puede dividir en participaciones de propiedad más pequeñas.

Si llevamos esta idea a blockchain (la tecnología detrás del bitcoin), podríamos definir la tokenización como el proceso de crear una o varias representaciones digitales de un activo físico o no físico y administrarlo en libros de contabilidad digitales distribuidos. De hecho, hay varios tipos de tokens, incluidos los tokens de pago, los tokens de servicios públicos y los tokens de activos entre otros.

Siempre que el entorno legal así lo permita, cualquier activo no digital como bienes raíces, empresas privadas, arte y artículos de lujo, etc. podría potencialmente transformarse en uno o varios tokens. Estos representarían el derecho al activo y deberían colocarse con un custodio confiable para proteger a los titulares.

Hasta la fecha, el ejemplo más famoso de tokenización son las monedas estables (stablecoins). Son el equivalente a las monedas fiduciarias (dólar, euro, libra esterlina, etc.) y se usan para pagos mediante blockchain. Al crear una moneda estable, el emisor mantiene una reserva en una cuenta bancaria en la moneda correspondiente, equivalente al costo de los tokens emitidos. En otras palabras, tras cada USDT (Tether o Dólar Digital) existe un dólar real custodiado.

La industria de la tokenización enfrenta varios obstáculos, incluida la asimétrica velocidad y voluntad de los reguladores para implementar un marco legal para la misma. Bajo este escenario, en la mayoría de las jurisdicciones aún no se encuentran preparados para transacciones que utilicen blockchain, de hecho no existen estándares técnicos de uso común para las plataformas comerciales que operan con estas características.

Probablemente en un futuro no muy lejano la tokenización podrá reemplazar a algunos productos financieros. Hoy ya podemos observar efectos positivos en algunas líneas comerciales, como ejercicios de recaudación de capital, financiamiento de empresas y licuefacción de activos ilíquidos. La tokenización de activos podría ofrecer un acceso conveniente y más rentable que los productos actuales de gestión, que en su mayoría se ofrecen solo a personas de alto patrimonio neto.

Y si hablamos de lo que se viene, el comercio de oro, como principal activo de reserva en el mundo, es completamente virtual, de hecho los lingotes de oro reales se encuentran en bóvedas bancarias y sus propietarios solo tienen documentos que confirman los derechos de propiedad. Contabilizar estos documentos con blockchain es el siguiente paso para aumentar la transparencia y confiabilidad de este mercado.

Según Standard & Poor's, “La tokenización ofrece varios beneficios, incluido el fraccionamiento de activos, que mejora su liquidez y abre la puerta a inversores o prestatarios que pueden haber sido excluidos de las opciones existentes. La tecnología podría permitir que nuevos jugadores ingresen al mercado, desafiando aún más los ingresos de los bancos establecidos y los administradores de activos. Como resultado, y debido a la nueva normalidad digital de transformación de alta velocidad, lo esperado es que las entidades bancarias busquen nuevos productos o colaboraciones mucho más rápido que antes de la pandemia”.

Si la tokenización se convierte en un medio natural y más eficiente de recaudar capital o deuda, los bancos podrían perder negocios en áreas como colocación de capital privado, financiamiento de empresas y financiamiento o refinanciamiento de bienes raíces. Existen entonces, oportunidades y amenazas potenciales para el negocio de gestión de activos, el que también ofrece un conjunto de productos más amplio y conveniente, para una base de clientes mayor, con más eficiencia, aportando la naturaleza puramente digital de la tokenización.

Cuando Nikola Tesla, ingeniero eléctrico serbio, nacionalizado norteamericano, a principios del siglo XX comenzó a forjar las bases de los sistemas modernos para el uso de la energía eléctrica, seguramente no imaginó que estaba generando los cimientos de la Segunda Revolución Industrial. Asimismo Satoshi Nakamoto, cuando creó el protocolo de BlockChain, quizás tampoco visualizó que conformaba las bases fundacionales de una plataforma que hoy se está constituyendo en uno de los pilares más importante de la transformación digital y su próximo paso de evolución.


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