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De Tin Man a Pulpo: por qué Pretorian ya opera como una Octopus Organization

  • Foto del escritor: Adrian Ponce
    Adrian Ponce
  • hace 5 días
  • 3 Min. de lectura
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Durante décadas, muchas organizaciones se estructuraron como máquinas: diseñadas para maximizar eficiencia, minimizar errores y mantener el control. El problema es que el mundo ya no es una línea de ensamblaje. El artículo de Harvard Business Review (Become an Octopus Organization. How your company can adapt to a complex world. by Jana Wernerand Phil Le-Brun) retrata bien ese cambio de paradigma: las empresas que aún funcionan como “Tin Man Orgs” –rígidas, jerárquicas, lentas para adaptarse– están condenadas a oxidarse en un entorno que exige fluidez, autonomía y propósito vivo.


Y aunque muchas aún se debaten entre lo viejo y lo nuevo, en Pretorian esa transformación no es una aspiración: es una realidad operativa.


De lo rígido a lo emergente: cómo fluimos en Pretorian

La estructura de Pretorian no se parece a una pirámide ni a un organigrama convencional. Lo nuestro se parece más a un organismo vivo. No hay necesidad de esperar instrucciones desde la cima, porque la inteligencia está distribuida. Cada célula –cada equipo, cada persona– actúa con autonomía dentro de un marco claro de propósito, dominio y valores. Nuestra cultura holocrática no es teoría: es la manera en que tomamos decisiones reales todos los días.

No hay un “jefe de todo”. Hay roles claros, responsabilidad compartida y procesos que favorecen la adaptación, no la parálisis.


La inteligencia distribuida no es caos, es madurez

El pulpo, como señala HBR, no necesita un “centro de innovación” porque cada uno de sus brazos tiene inteligencia y autonomía para actuar. En Pretorian sucede lo mismo: la innovación no está encerrada en un área ni depende de permisos para florecer. Se da en las operaciones, en los aprendizajes de campo, en la resolución de tensiones cotidianas. Nuestra herramienta es el ciclo PDCA; nuestra práctica es la iteración continua; nuestro lenguaje común es el aprendizaje compartido


Propósito como sistema operativo

En las Tin Man Orgs, el propósito es una frase bonita colgada en la pared. En Pretorian es un criterio real de toma de decisiones. Nos guía hacia dónde y cómo actuar. Está presente tanto en los grandes proyectos como en las decisiones cotidianas. Desde la célula que desarrolla tecnología hasta quien gestiona personas, cada quien sabe qué impacto busca generar.

Nuestro propósito organizacional —crear espacios digitales confiables para potenciar el desarrollo de nuestra sociedad— no se revisa en los balances: se vive en la práctica.


Ownership, error y aprendizaje

Actuar “Sobre la línea” no es un eslogan motivacional. Es un pacto de comportamiento que hemos asumido como equipo. Significa hacerse cargo, adaptarse, tomar la iniciativa. Y también significa fallar y aprender.

Cuando algo no sale como se esperaba, no buscamos culpables: buscamos causas, aprendizajes y rediseños. Nuestros Análisis de Incidentes son espacios para crecer, no para castigar. Porque sabemos que la única forma de mejorar es aprendiendo del terreno.


Liderar sin jerarquía ≠ navegar sin rumbo

No tener jerarquías tradicionales no significa operar en el vacío. En Pretorian, los Lead Links no son jefes, sino facilitadores: ayudan a clarificar prioridades, remover obstáculos y mantener la coherencia entre lo que hacemos y por qué lo hacemos. Liderar es crear condiciones, no dar órdenes. Es sostener conversaciones difíciles cuando hace falta. Y es, sobre todo, actuar desde el ejemplo.


Ojos abiertos, brazos ágiles

La analogía del pulpo también aplica en nuestro enfoque hacia el entorno: observamos con atención, aprendemos con humildad y actuamos con velocidad. Cada célula evalúa su entorno, detecta oportunidades y reconfigura sus estrategias. Nuestra curiosidad es estructural, no decorativa. No exploramos por moda: exploramos porque entendemos que el contexto cambia más rápido que cualquier plan estratégico.


Epílogo: del futuro al presente

Muchas organizaciones están intentando entender cómo dar el salto hacia el modelo de las Octopus Organizations. En Pretorian, ese salto ya ocurrió. Lo hicimos no desde la teoría, sino desde la práctica: autogestión real, liderazgo distribuido, mejora continua y propósito vivido.

No somos perfectos. Pero sí somos congruentes. Y esa congruencia nos permite avanzar como un organismo vivo: con múltiples brazos, una sola intención, y la convicción de que siempre podemos ser mejores.

¿La pregunta no es si estamos listos para ser una Octopus Organization?

La pregunta es: ¿cómo seguimos evolucionando desde aquí?

 
 
 

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